Es aún más divertido que ir arriba Sebastian, Irun, Hendaya, Biarritz, Bayona
o estar enfermo del estómago en la Travesera de Gracia en Barcelona,
en parte porque en su camiseta de color naranja que parece un mejor feliz San Sebastián
en parte debido a mi amor por ti, en parte debido a su amor por el yogurt,
en parte debido a los tulipanes de color naranja en todo el fluorescente abedules,
en parte debido al secreto nuestras sonrisas asumir ante la gente y estatuas,
es difícil de creer cuando estoy con usted en que no puede haber nada tan quieto,
tan solemne como unpleasently definitiva como estatuas cuando justo en frente de él,
en el calentamiento de Nueva York cuatro luz que se deriva de ida y vuelta,
entre ellos es como una respiración del árbol a través de sus espectáculos.
Y el espectáculo retrato parece no tener rostro en ella en absoluto, sólo la pintura.
de repente se preguntan por qué en el mundo alguna vez alguien les hizo ver que
en que usted y yo no te mira de todos los retratos en el mundo,
excepto, posiblemente, para el "jinete polaco" de vez en cuando y de todos modos está en la Frick
que gracias a Dios no ha ido a la todavía para que podamos ir juntos por primera vez
y el hecho de que usted se mueve tan bien, más o menos se hace cargo del futurismo
al igual que en casa nunca pienso en el "Desnudo bajando una escalera" o
en un ensayo de un solo dibujo de Leonardo o Michaelangleo que solía
y ¿de qué sirve toda la investigación de los impresionistas lo hacen
cuando nunca a la persona adecuada para estar cerca de los árboles cuando el sol se hundía
o para el caso de Marino Marini, cuando no se recuperó al piloto con el mismo cuidado
como el caballo parece que todos fueron engañados de alguna experiencia maravillosa
que no se va a ir perdido en mí y por eso te estoy diciendo sobre él.
Frank O'Hara
Tomar una coca cola contigo es aún más divertido que ir a Sebastián, Irun, Hendaya, Biarritz, Bayona o estar enfermo del estómago en la Travesera de Gracia en Barcelona. En parte porque tu camisa naranja te hace ver más feliz que San Sebastián. En parte debido a mi amor por ti o debido al secreto de nuestras sonrisas aislándose de la gente o, mejor dicho, estatuas que nos rodean. Es difícil de creer, lo sé. Y es que cuando estoy contigo, y la luz del atardecer de Nueva York ilumina tu cara, creo que no puede haber nada tan quieto, tan inmenso y extraordinario siendo tan pequeño, tan solemne e implícita como lo es. Y el retrato que tienen los demás de ti muestra no tener caras en absoluto, sólo la pintura, lo que recubre quien realmente somos. Es lo único que importa. Y de repente, te pregunto por qué en el mundo nadie mira más allá de esa pintura. Por eso te miro, y prefiero mirarte a ti que a todos los retratos del mundo.
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